Los asiduos a mi blog recordaréis que el 28 de Diciembre de 2009, os gasté una pequeña inocentada, publicando la llegada de un "extraño" platillo volante. Podéis ver la entrada pinchando
aquí. Posteriormente, el día 19 de Mayo de este año, publiqué otra entrada del "OVNI" que también podéis ver pinchando
aquí.
En ambos casos se trataba del Faro de Madrid, también conocido por el "Faro de la Moncloa". Os decía en la última ocasión que tenía programado subir a su mirador para mostraros las maravillosas vistas de la ciudad que se pueden admirar desde allí.
Así que, fiel a mi palabra, me armé de valor y, dado mi vértigo, me despedí de toda mi familia encargándoles que, si me ocurría algo, no dejaran de publicar las fotos, siempre que la tarjeta de memoria se mantuviera incólume después de la caída de 100 metros.
Así que, me fui acercando a mi objetivo...

Y, según me acercaba, el canguelo me aumentaba...

Llego hasta la misma puerta y, ¡mi gozo en un pozo! ¡Está cerrado!

¡Hala! ¡Ya hay por aquí un par de incrédulos que piensan que no he sido valiente de subir!
Pues, aquí está la prueba de que digo la verdad:

Ahí lo veis, todo vallado.
Pregunté a un vigilante de seguridad por la razón y me dijo que, pese a haber sido inaugurado por el alcalde, en realidad no estaba terminado y que, según sus noticias, lo iban a convertir en un restaurante de "alto standing". (Sic). O sea, que como las obras de restauración han debido costar su buen dinerito, hay que sacarle rentabilidad a la cosa, permitiendo exclusivamente a los más pudientes visitarlo mediante el pago de una comida o cena a precios de oro.
Así que, deseando cumplir mi palabra pese a todo de enseñaros las maravillosas vistas que se pueden admirar desde allí arriba, se me ha ocurrido una idea genial, (como todas las mías), para complaceros.
Voy a abrir una colecta solicitando de todos vosotros la simbólica cantidad de 10 Euros per cápita.
Considerando que sois 144 mis seguidores, multiplicando por 10 Euros, creo que me dará para cenar y hasta es posible que me sobre para unas copichuelas que me tomaré con sumo gusto a vuestra salud después de la cena.
Así que, no os hagáis los remolones y enviarme un correo privado todos y cada uno de vosotros para facilitaros el número de cuenta, con sus veinte dígitos bien expuestos, en la que me tenéis que ingresar la pasta.
Y sin protestar, ¿eh? ¡Encima que os voy a hacer el favor...!
Y ya veréis que fotos más bonitas me salen. Je, je, je.