
Naturalmente, fui todo lo rápido que fui capaz a ver de qué se trataba. Era este mundo que os muestro hoy, compartido con todos los amigos a los que ella quiere de verdad. Se lo agradecí con todo mi corazón.
Hoy, quiero dedicarle esta entrada como un muy humilde homenaje a su valor, a su coraje y a su lucha como mujer, como esposa y como madre.
Conozco a grandes rasgos la vida de María José, porque ella así ha querido que la conociera. No ha sido fácil esa vida. Ha pasado por muchos avatares en el tiempo, algunos de ellos terribles que hicieron mella indeleble en su corazón y en su mente.
El último revés vital ha sido el diagnóstico de una grave enfermedad que avanza lenta pero inexorablemente en su cuerpo.
Pese a todo, con lógicas recaídas en su ánimo, María José lucha denodadamente por ofrecernos a todos sus amigos lo mejor de sí misma. Tiene arrestos suficientes para hacernos reír en más de una ocasión con sus ocurrencias y, a veces, hacernos llorar con su sensibilidad a flor de piel.
No es una mujer serena y reflexiva. Muy al contrario, es visceral y muy temperamental. Y esa visceralidad, ese temperamento, no sólo no se convierten en defectos reprochables, sino que la enaltecen y ennoblecen hasta límites insospechados. Siempre va con la verdad, su verdad, por delante. Y, queridos amigos que leéis estas líneas, estaréis de acuerdo conmigo en que no hay mejor verdad que nuestra propia verdad.
No me es dado dar detalles de su vida y sus sufrimientos personales, pero sí os puedo asegurar que, si nos ocurriera el diez por ciento de lo que ella ha soportado y soporta a lo largo de su vida, no estaríamos aquí. Al menos, yo no.
Por ello, más que realizar comentario alguno a esta entrada, os invito formalmente a visitar su blog, no con objeto de mostrar vuestra solidaridad, que ella no quiere plañideras a su alrededor. Os invito a que le dediquéis vuestra admiración y le ofrezcáis vuestra amistad, porque sé que ella os recibirá con los brazos abiertos. Y, si su maldita enfermedad le impide contestaros, porque sus manos sufren de ella, ya se buscará alguien para deciros que tenéis una amiga, una buena amiga, una gran amiga, quizás la mejor. Además es madrileña, ¡qué narices!
Para visitar su blog, sólo tenéis que pinchar aquí.
Esta entrada va por ti y exclusivamente para ti, mi querida María José. Con mi admiración, mi cariño y mi más profundo respeto. Conocerte ha sido para mi todo un placer y un honor. Te devuelvo este mundo, tu mundo, corregido y aumentado para que lo guardes sabiendo que, insisto, yo te admiro, te respeto y te quiero de corazón.
Y no cambies. Sigue así como eres. Lucha. Lucha hasta la extenuación porque yo sé que vencerás. Y, si me equivoco y no vences, no pasa nada. Sabrás que has hecho lo que tenías que hacer, ni más ni menos y tendrás la satisfacción del deber cumplido para con los tuyos, los que amas y para contigo misma.
Millones besos y abrazos, querida amiga.
Nota.- Por razones profesionales, cuando leáis estas líneas estaré de viaje- También el miércoles y jueves tendré que viajar. Pese a que son viajes rápidos de una mañana, es posible que no pueda contestar a vuestros comentarios con la rapidez que quisiera y tampoco comentar en vuestros blogs de forma puntual. Os ruego me perdonéis, prometiendo que trataré de ponerme al día poco a poco.