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miércoles, 24 de noviembre de 2010
CALLE DEL CODO
La calle del Codo, que comienza en la Plaza del Conde de Miranda y termina en la Plaza de la Villa, tiene unos 75 metros de larga, es bastante estrecha, como se puede apreciar y tiene forma irregular, siendo un ejemplo típico de las callejuelas que conforman el Madrid de los Austrias.
Debe su nombre al Marqués de Grafal que lo eligió por su forma de brazo doblado en unos 90 grados, siendo las construcciones de los edificios que la conforman de principios del siglo XVIII y más concretamente de 1708.
Y, ¿qué tiene esta calle que, a primera vista, tiene poco que ofrecer? Pues, varias cosas, algunas muy "sabrosas".
En primer lugar, aquí se halla ubicado el convento del Corpus Christi, más conocido por el "Convento de las Carboneras", debido a que en él se guarda una imagen de la Inmaculada Concepción que apareció en una carbonería y a la que se atribuyen diversos milagros.
En segundo lugar, porque la calle termina justo en la Casa y Torre de Los Lujanes, objeto de la entrada del día 19 de este mes en este mismo blog.
Y, en tercer lugar, porque es en esta calle y no otra, en la que el insigne guarrindongo Don Francisco de Quevedo y Villegas orinaba cuando volvía de sus francachelas. No estoy de broma. Cuentan las crónicas que siempre se lo hacía en el mismo portal de la calle, quiero creer que sin el beneplácito de los vecinos. Supongo que pocas calles podrán presumir de tan ilustradas meadas, dicho sea con perdón.
Por último, cualquiera que haya leído a Arturo Pérez Reverte y su famoso Alatriste, no tendrán que esforzar mucho la imaginación para ver sus duelos en esta calle.
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52 comentarios:
en realidad lo de orinar en la calle podría ser una cuestión practica, ya que de hacerlo en casa tendrías luego que arrojarlo a la calle por la ventana en compañia del "agua va", creo que los inodoros y alcantarillados fueron posteriores a Quevedo.
saludos
Muy bien este relato vamos conociendo Madrid poco a poco.
pero según el relato creo que el nombre de esta calle no concuerda con tu explicacion
se debería decir Calle de la Meada jajaja
Un abrazo
que gran entrada. con la de veces que he pasado yo por aqui y mira tu de lo que me entero hoy.En mis paseos por este Madrid siempre me imaginaba pisando el mismo suelo que tantos ilustres y trataba de visualizar toda una epoca.
andas cerca, muy cerca del lugar donde hice mi primera comunion vestido de marinero, pero este es otro asunto y no diremos nada por si acaso lo afotas.
abrazos
Un nombre e ilustración del mismo de lo más original, te imaginas le hubiesen puesto de "La meada", en honor a Quevedo?... Unas buenas imagenes y entradas amigo Jota, espero ya la próxima para que nos sigas deleitándonos con ellas, recibe un fuerte abrazo
¡Ja, ja, ja, ja!
Lo del "agua va" debía ser bastante embarazoso, sobretodo para el que le pillara debajo.
Muchas gracias por tu visita y comentario, Miguel.
Saludos.
¡Ja, ja, ja, ja!
Siendo un poco más finolis, podríamos llamarle "calle de la Micción de Quevedo".
Si vais conociendo Madrid poco a poco gracias a mi blog, yo me doy por muy satisfecho, Miquel.
Un abrazo.
Eso mismo me ha pasado a mi muchas veces, Ripley. Visualizar o tratar de hacerlo, pensando en cuántos ilustres personajes habrían dejado impresos sus pasos por donde yo voy caminando. Es un ejercicio de lo más placentero.
No he fotografiado ninguna iglesia, así que no hay peligro de que me chafes una entrada, querido amigo.
Un fuerte abrazo.
¡Ja, ja, ja, ja!
Coincides con Miquel en la "denominación de la calle, Paco.
La próxima entrada también tiene su "miga", no creas, aunque por motivos diferentes.
Otro abrazo muy fuerte para ti.
Tu blogue sigue siendo un Lujo!!
Gracias por enseñar y relatar tan historicos hechos.
En ese tiempo esa calle no debria tener un olor muy agradable ni estaria tan limpiecita.
Ya sabes cuando vaya a Madrid me encantara ir al Madrid de los Austrias, no te olvides.
Besos y cariños
Flor
¡Ja, ja, ja, ja!
Cuando vengas a Madrid, bella Flor, será un placer llevarte por el Madrid de los Austrias.
Besos y cariños.
Vaya por un momento he pensado que el nombre le venía por "empinar el codo", algo parecido a la senda de los elefantes en otras ciudades jajaja
Espero que ese charquito no sean restos históricos de la hazaña de Quevedo
Bonito rincón, Jota, invita a seguir el paseo...
Besazos
¡Ja, ja, ja, ja!
No creas, que bien cerca se puede empinar el codo convenientemente.
Te prometo que, al ver el charquito, pensé lo mismo que tu. Por si acaso, lo sorteé como pude.
¡Ja, ja, ja, ja!
Besazos, Begoña.
Te lo digo siempre: ERes una enciclopédia andante y con la cámara en ristre. Tus entradas me encantan.
Abrazos!
¡Ja, ja, ja, ja!
Muchas gracias, Montserrat.
Te aseguro que tus elogios llegan a su destino.
Mi corazón.
Un abrazo.
Si me lo creo, amigo Jota. Es que es una calle predispuesta para que el gran Quevedo le dedicara, como dices, sus "ilustres meadas". Aunque el nombrecico tiene sus similitudes, pero me quedo con su noble acepción. Tranquila si que debe ser, pero por las noches debe ser algo misteriosa, en su parangón caballeroso, claro.
Un fuerte abrazo,
Luis.
Qué nombre tan bien puesto. El ingenio de quien lo puso. Debe de haber sido tu antepasado porque por ingenio no te quedas atrás. Jaja. Increíble el lugar que eligió aquel, para orinar. Creo que lo hacía por molestar. jajaja.
Besos mi querido amigo.
Hola amigo buenas tardes:
¡Qué lujo y cuánta comodidad!.
Hace diez minutos me estaba pasenado por Barcelona, a través del blog y fotos de Juan Antonio Torrón, y sin moverme de la silla. Y ahora, por estos madriles castizos
¡Hoy las Ciencias adelantas que es una barbaridad!, como decia D. Hilarión.
Y es que pasarse por tu blog es un lujazo, que lo digo yo.
Un abrazo, Montserrat
Aquí uno siempre se aprende. Pocos datos tenia yo de esta calle.
Un abrazo
Hola solazo!
jajajajaja que conste que desde que he visto esta calle lo primero que pense fue en Alatriste...
Lo mismo por las parede quedan restos con el ADN de Quevedo jajajajaja...en aquellos entonces yo creo que se lo hacian donde primero se les apetecia....Anda que la calle tendria un aroma!!!
Original nombre para una calle, espero que no esten todas las partes del cuerpo como nombres de las calles ...jajajajajaja
Besos
¡Ja, ja, ja, ja!
Francamente, Luis, no veo ya esa predisposición para que Quevedo se aliviara de forma inmisericorde, a no ser por su tranquilidad. claro que, tus razones tendrás.
Esta es una zona bastante vigilada pero, por la noche, no debe resultar tan tranquilizadora la calle.
Un fuerte abrazo.
¡Ja, ja, ja, ja!
Puede ser, Aída, porque no creo yo que la necesidad siempre le entrase al perverso Quevedo siempre al pasar por esta calle.
Besos.
¡Ja, ja, ja, ja!
Así es, Montserrat. Hoy día podemos hacer turismo por todo el mundo, aunque nada pueda suplir a la realidad.
Muchas gracias por tu visita y comentario.
Un abrazo.
De eso se trata, Jan. De enseñar un poco Madrid, su historia y sus anécdotas.
Un abrazo.
¡Ja, ja, ja, ja!
No lo sé, Solete, pero no creo yo que las insignes meadas de don Francisco de Quevedo olieran a perfume francés precisamente.
Besos.
Es que me imagino estas calles en pleno siglo XVII y flipo!!!!, la de aventuras que se habrán terciado delante de estas piedras. increíble. Esta parte de Madrid es pura historia.
Por cierto buena saga la de Alatriste
Un abrazo
Gráfico el cartel de la calle, por si quedaba alguna duda.
Curiosa la anécdota de Quevedo. Supongo que vendría algo "tocao" de sus excursiones. Querencias naturales. Habría que verle. No creo que se lo pasara mal en su época.
Un abrazo.
Así es, Ángel. Sólo de pensar en ello, no hay por menos que quedar alucinado.
Arturo Pérez Reverte no me llena como escritor, pero su saga de Alatriste es entretenida.
Un abrazo.
¡Ja, ja, ja, ja!
Quevedo procedía de muy buena familia, pero él fue un caso aparte. Como he dicho en alguna ocasión, para mi, el máximo exponente de la literatura española de todos los tiempos.
Un abrazo, Lito.
Qué buena entrada,
tiene de todo,
arte, historia y anécdota.
Me encanta leerte.
Un abrazo
Muchas gracias, María Teresa.
Sabes que este blog es tu casa.
Encantado de recibirte en ella.
Otro abrazo para ti.
Pues, don Paco era un solemne guarro, aunque me le imagino, me le imagino, no hace falta mucha imaginación para verle por esta calle de noche con su cojera.
Saludos
¡Ja, ja, ja, ja!
Eran otros tiempo, Carmen, eran otros tiempos.
Yo también me lo imagino, no creas.
Saludos.
Estas informaciones que nos transmites en tus entradas son exclusivas! Si tenemos el placer de pasear de nuevo por esta calle, ten por seguro que nos acordaremos de esta anécdota y del informador. Las fotos chapó. Aprovecho para darte las gracias por tu comentario en fotopanorama, lo de artista no sé , no sé...pero lo que es seguro que gracias a tí y a los que valoran mis fotos con sinceridad y conocimiento ha supuesto que vaya mejorando poco a poco Te estoy muy agradecida por ello, creo que lo sabes! Un fuerte abrazo.
Hola Jota Ele, curioso nombre el de esta calle, pero bien aparente. En cuanto a la orina del Quevedo, ha creado escuela y sigue hasta nuestros días y no solo en Madrid, sino que se ha extendido fuera de la Villa y Corte, jejejeje.
Un abrazo
el lio de Abi .weebly
el lio de Abi
Deliciosa foto, magnífica documentación de unos de mis rincones predilectos de Madrid. Saludos.
Muy original y curiosa.
Saludos y abrazos.
Curiosas historias que viven en las callejuelas del madrid mas original!!
Saludos!
Vaya,Jota , cuando decias que la callle encerraba cosas muy "sabrosas", no sé por qué pensé en algún cocido ...y un buen tinto, por lo del codo; pero que sorpresas ...las de Quevedo. Bonita entrada.Un abrazo
Hola Jota:
Jjajjajaja Totalmente de acuerdo con tu amiga MIESFE tendrian que haberlo puesto "Calle de la Meada"
Porque calle del Codo no le pega.
Dulces Besos Sr. Simpático.
♥Yesi♥
Y que el Sr.Quevedo, marcaba su territorio cada día o cada noche en un "re-codo" de esta calle, callejón del codo...je,je,je..me estoy poniendo al día...Estoy mejorcita.
Besicos
estooo...¿ huele..? jajaja me gusta mucho esta entrada con anecdota y todo, si algún día paso acompañada, podre comentarles tus enseñanzas madrileño sabio...:p
Si, cuando pasees por estos andurriales te acuerdas de la anécdota y de mi, mi ego subirá hasta las nubes, Elena.
Tu sabes que, ya sea en tus blogs o en cualquier otro, siempre doy mi opinión más sincera que es tan buena o tan errónea como cualquier otra.
Tu evolución como fotógrafa es espectacular y me cabe la satisfacción de decirte que, hoy día, tus espacios son de lo mejor que hay en la blogosfera bajo el punto de vista fotográfico.
Otro fuerte abrazo para ti.
¡Ja, ja, ja, ja!
No tengo claro si Quevedo pretendía crear escuela, Abi. Al fin y al cabo, no debía ser tan fácil en el siglo XVIII aliviarse adecuadamente y con higiene.
Ahora tienen menos perdón las cerdadas que sufrimos.
Un abrazo.
Muchas gracias, Leovi.
Celebro que te haya gustado la entrada.
Saludos.
Muchas gracias, Pizarro.
Abrazos también para ti.
¿Será por historias?
Madrid es toda una enciclopedia de historias, Consuelo.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Saludos.
¡Ja, ja, ja, ja!
Es evidente que al decir "sabrosas" me refería a otra cosa, Semi.
Me encanta que te haya gustado la entrada.
Un fuerte abrazo.
¡Ja, ja, ja, ja!
Me parece que "calle de la Meada" les pareció un nombre un tanto escatológico, Yesi. Yo creo que lo del "Codo" le cae mejor.
Besos, guapa.
Me alegro que ya estés bien, Cabopá.
Lo que está claro es que el "marcado" de territorio de Quevedo, no lo hacía con el codo.
¡Ja, ja, ja, ja!
Besos.
¡Ja, ja, ja, ja!
Si tienes aprensión, cuando pases por aquí, compra antes una mascarilla, Catarina.
Lo de sabio me ha gustado, mira.
Besos.
Gracias Jota Ele por estas estupendas entradas. Me encanta contemplar tus tomas y leer cuanta información expones. Saludos
Ramón
Las gracias te las tengo que dar yo a ti, Ramón. Viniendo de ti esos elogios, me llenan de satisfacción.
Saludos.
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